Realizar un autoexamen de piel mensual es una forma sencilla y efectiva de detectar posibles problemas. Sigue estos pasos:
Elige un lugar bien iluminado y utiliza un espejo grande y uno de mano para examinar todas las áreas del cuerpo, incluyendo zonas difíciles de ver como la espalda, el cuero cabelludo y detrás de las orejas.
Inspecciona todo tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, incluyendo las palmas de las manos, las plantas de los pies y entre los dedos.
Busca lesiones o cambios como nuevos lunares, manchas que cambien de aspecto o heridas que no cicatricen.
Registra tus hallazgos tomando fotos de cualquier área sospechosa para comparar con el tiempo.
Factores de riesgo que debes conocer
Aunque el cáncer de piel puede afectar a cualquier persona, algunos factores aumentan el riesgo:
Exposición prolongada al sol sin protección.
Antecedentes familiares de cáncer de piel.
Piel clara o que se quema fácilmente.
Presencia de múltiples lunares o pecas.
Uso de camas de bronceado.
Consulta a un médico si notas:
Lunares o manchas con características sospechosas según la regla "ABC" de la revisión cutánea.
A: Asimetría
Una de las primeras señales de advertencia es la asimetría en los lunares o manchas. Si divides el lunar en dos partes imaginarias y ambas mitades no son iguales, es una señal de alerta.
Lunares saludables: Tienden a ser redondos o uniformes.
Lunares sospechosos: Tienen formas irregulares o asimétricas.
B: Bordes
Los bordes de un lunar también pueden indicar un posible problema.
Lunares saludables: Presentan bordes definidos y regulares.
Lunares sospechosos: Tienen bordes irregulares, borrosos o dentados.
C: Color
Un lunar debe tener un color uniforme.
Lunares saludables: Suelen ser marrón claro o tener un tono uniforme.
Lunares sospechosos: Presentan múltiples colores, como marrón oscuro, negro, rojo, azul o blanco.
D: Diámetro
El tamaño también es un factor clave.
Lunares saludables: Generalmente tienen menos de 6 milímetros (aproximadamente el tamaño de la goma de un lápiz).
Lunares sospechosos: Superan los 6 milímetros o crecen con el tiempo.
E: Evolución
Cualquier cambio en un lunar o mancha de la piel merece atención médica.
Lunares saludables: Mantienen su forma, color y tamaño con el tiempo.
Lunares sospechosos: Cambian en forma, tamaño, color o textura, o comienzan a causar síntomas como picazón, sangrado o dolor.
Heridas que no cicatrizan después de varias semanas.
Piel escamosa, con costras o sangrados inexplicables.
Los especialistas cuentan con herramientas avanzadas, como la dermatoscopia, para evaluar lesiones sospechosas. Si es necesario, pueden realizar una biopsia para confirmar el diagnóstico.
Protección: La mejor defensa contra el cáncer de piel
Prevenir siempre es mejor que tratar. Protege tu piel con estas medidas:
Usa protector solar con un SPF de al menos 30 diariamente, incluso en días nublados.
Busca sombra entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
Viste ropa protectora, incluyendo sombreros de ala ancha y gafas de sol.
Evita las camas de bronceado.
Conclusión
Detectar el cáncer de piel de manera temprana es posible si estás atento a los cambios en tu piel y tomas medidas preventivas. Realiza autoexámenes regularmente, sigue la regla ABCDE y consulta a un dermatólogo ante cualquier duda. Proteger tu piel no solo previene el cáncer, sino que también garantiza una piel saludable a largo plazo.
Recuerda: tu piel es el órgano más grande de tu cuerpo; cuídala como merece.
¿Tienes alguna duda sobre el cuidado de tu piel o quieres agendar una revisión? ¡Déjanos tus comentarios!
Dr. Eber Naranjo
Dr. José Luis Rodríguez
Oncólogos Radioterapeutas IRTC
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